El aprendizaje autónomo es un enfoque educativo centrado en el estudiante, donde este asume la responsabilidad de su proceso de aprendizaje. Fomenta habilidades como la autorregulación, la organización y el pensamiento crítico, permitiéndole establecer metas, planificar estrategias y evaluar sus propios avances.
Este modelo se apoya en recursos tecnológicos y pedagógicos que facilitan el acceso a información, promoviendo la exploración y el descubrimiento a su propio ritmo. Es clave para desarrollar competencias adaptativas en un mundo en constante cambio, potenciando la independencia y la capacidad de aprender de manera continua.